Autor
“Me sirves una cena de seis platos delante de mis enemigos. Levantas mi cabeza abatida; mi copa rebosa de bendiciones” (Salmo 23:5, El Mensaje).
Cuando la vida se vuelve difícil y las voces del enemigo —reales o internas— intentan hundirte, Dios hace algo sorprendente: te prepara una cena completa. No es una comida apurada ni un bocado de paso. Es una cena de seis platos. El símbolo es claro: abundancia, honor y celebración en medio de la oposición.
“Dios no espera a que todo esté en calma para bendecirte. Él lo hace en medio del conflicto”.
No necesitas esconderte ni defenderte. Dios te sienta a la mesa como a un invitado especial, delante de quienes pensaban que estabas acabado. Mientras ellos miran, Él levanta tu cabeza abatida y derrame bendición sobre tu vida, como una copa que se desborda.
Dios no espera a que todo esté en calma para bendecirte. Él lo hace en medio de tus luchas. Hoy, si sientes que enfrentas enemigos —inseguridad, rechazo, miedo, escasez— recuerda que Dios te honra en ese mismo lugar. Levanta la cabeza, siéntate a la mesa, y recibe con gozo lo que Él ha preparado para ti.
“Señor, gracias por no esconderme del conflicto, sino por mostrarme tu amor en medio de él. Gracias por invitarme a una mesa de honra cuando mi alma se siente débil. Hoy recibo tu paz, tu provisión y tu bendición, aun delante de mis enemigos. Amén”.
