Consternación en el mundo evangélico por el asesinato de Charlie Kirk

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  • Periodista argentino. Con más de 30 años de trayectoria en los medios cristianos de comunicación social. Autor del libro "El rock y el pop en la iglesia". Fundador de la Unión de Comunicadores Cristianos de la Argentina.
    Es editor de VidaCristiana.com

El activista evangélico provida, de 31 años, se encontraba en el campus de una universidad de Utah, cuando fue alcanzado por un disparo en el cuello. Era un fuerte aliado del gobierno de Donald Trump.

El pasado miércoles 10 de septiembre, durante un acto público que se desarrollaba en la Utah Valley University, el conocido influencer conservador Charlie Kirk fue asesinado de un disparo en el cuello mientras se encontraba disertando ante unas dos mil personas que se dieron cita en ese establecimiento educativo.

Kirk era un conocido activista provida, fundador de la ONG Turning Point, dedicada a promover los valores tradicionales y conservadores. Se le atribuye haber tenido una notable influencia en el voto joven hacia el actual presidente Donald Trump, de quien era un ferviente aliado.

El propio mandatario de los Estados Unidos se mostró compungido por la pérdida de Kirk, y afirmó que “este es un momento oscuro para el país. Charlie inspiró a millones y esta noche todos quienes lo conocieron y amaron están unidos en la conmoción y el horror. También era un hombre de profunda fe. Y nos reconforta saber que ahora está en paz con Dios en el cielo”, compartió Trump desde sus redes sociales. La ex candidata demócrata Kamala Harris también se pronunció en repudio al cobarde acto, siendo enfática en que “la violencia política no tiene cabida en Estados Unidos. Condeno este acto y todos debemos trabajar juntos para garantizar que no provoque más violencia”.

Kirk tenía 31 años, esposa y dos pequeños hijos.

El horror por este crimen se trasladó a varios países del continente, y los principales líderes conservadores se pronunciaron desde sus espacios. Uno de ellos fue el presidente argentino Javier Milei, quien envió sus condolencias a la familia de Kirk, reconociendo que “Charlie fue un formidable divulgador de las ideas de la libertad y acérrimo defensor de Occidente”.

La fe evangélica de Kirk también motivó que muchas personalidades de la iglesia, tanto evangélica como católica, publicaran sus pensamientos acerca de lo sucedido. El conferencista Pablo Muñoz Iturrieta dijo: “¡Adiós Charlie, ya ganaste la batalla, ahora acompáñanos desde el cielo a quienes seguimos en la lucha! ¡No tenemos que bajar los brazos!” Por su lado, el escritor y conferencista argentino Agustín Laje no salía de su asombro y solo atinó a poner en su Facebook “Qué tremendo dolor”.

“Hoy, en pleno siglo XXI, resulta inconcebible presenciar un hecho tan lamentable como el asesinato de un pacifista: un cristiano valiente que recorría los campus universitarios compartiendo su fe en Cristo Jesús y la familia”, esgrimía desde sus redes el abogado y político Daniel Di Paolo. El conferencista mexicano Daniel Habif lanzó un duro editorial en sus redes, y sentenció que “la muerte violenta de Charlie Kirk no es solo un hecho policial: es la radiografía de una democracia enferma. No estamos ante un crimen aislado, sino frente a la consumación simbólica de un proceso de podredumbre. La libertad de expresión ha sido secuestrada por la pasión tribal, por el odio convertido en dogma contra el adversario. El disparo que atravesó a Kirk atravesó también la posibilidad misma del diálogo democrático”.

Kirk tenía 31 años y generaba polémica cada vez que daba una disertación o una opinión acerca de temas como la familia, los valores tradicionales cristianos, el aborto o las ligas LGTBI+. Una de sus frases de cabecera, que lo identificaba en cada lugar donde iba, era “It’s all about Jesus” (Todo se trata de Jesús). Quienes presenciaron la escena, dieron cuenta que una de sus últimas frases antes de caer desplomado en su silla estaba relacionada al mundo de las armas y cuestionaba a las pandillas, cuando se escuchó el disparo que acabó con su vida.

Charlie Kirk dejó esposa y dos hijos, una de apenas meses de edad. La Universidad de Utah era la primera parada de una gira que se disponía a dar en el circuito de universidades de Estados Unidos.